Desde siempre se ha considerado que la meditación ejercía un considerable beneficio mental, atemperaba los nervios, relajaba y tranquilizaba, e incluso se decía que aumentaba la capacidad de atención, pero dado lo subjetivo de la experiencia nunca se tuvo muy en cuenta por la ciencia oficial, además en muchas ocasiones las sectas han mercadeado con este tipo de prácticas por lo que no han sido divulgadas por las personas más adecuadas, qué es le meditación sería lo primero que habría que preguntarse, en un sentido literal la meditación no | |
es otra cosa que pensar sobre algo, y este significado en principio debe sernos válido, pero lo verdaderamente relevante es la forma de hacerlo, así como el objeto de nuestra meditación, por lo que, la meditación tendrá infinitas caras, en la forma lo verdaderamente relevante es llevar la mente hacía un objetivo único excluyendo el resto de pensamientos que no tengan que ver con el propósito a alcanzar, en ese caso los procesos mentales se centrarán en la acción meditadora y eso nos permitirá aumentar la atención en la dirección adecuada, hasta el punto que se fijará en la conciencia tanto la acción como el susodicho objeto de meditación, llegado a este punto, el pensamiento será lo suficientemente profundo como para abrir el ropaje que nos impide ver la realidad, y conocer así la esencia tanto del acto como del meditador así como el vínculo entre ambos.
Este acto mental de la meditación se caracteriza por alcanzar el conocimiento de forma natural, pensando con la mínima información, eso si, lo más veraz y real posible, sin perderse en la subjetividad de uno mismo, se entiende que los procesos mentales más simples son los menos adulterados, (cultura, percepción, información), y de ello se deriva un discurrir menos obstaculizado y más prometedor a la hora de conocer la realidad, pues es normal que los procesos mentales respondan a necesidades ajenas que nos han enchufado, éstas no son propias y condicionan enormemente y por lo general son responsables de una desagradable sensación de malestar, eliminar toda esa basura mental es un paso previo para disfrutar de una saludable meditación.
Existen innumerables escuelas y técnicas de meditación, no lo hacen de igual manera un practicante de yoga, que uno de artes marciales o un clarividente, hay notables diferencias, la mayor o menor implicación del cuerpo, así como su uso derivan en técnicas sustancialmente diversas, pero no hay que perder de vista que los motivos de unos y otros son diversos, aunque el resultado sea similar, conocerse así mismo por medio de una acción mental que se caracteriza como hemos dicho antes por la profundidad y atención. Se podría decir de forma vulgar o sencilla que se trata de desconectar aquello que nos impide reconocernos y reconciliarnos con nuestra esencia, y para ello utilizamos la mejor herramienta que tenemos, nuestra mente. Hoy día se ha comprobado que la meditación potencia la salud celular, pues cuando lo hacemos evitamos el estrés celular, propiciamos un estado de tranquilidad y relajación que nuestras células agradecen, pues les permite regenerarse y acumular energía, es el momento de la recarga y de la inacción, sufrimos de agotamiento y estrés, y esto no impide funcionar correctamente, nos ocasionado un alto desgaste, la meditación es un descanso en el que lo biológico, mental y energético se sincronizan. La meditación potencia la salud celular según las últimas investigaciones, al parecer esta práctica produce cambios psicológicos favorables aumentando los niveles de Telomerasa, lo que permite combatir mucho mejor el estrés y evitar el rápido acortamiento de los telómeros en la reproducción celular, manteniendo el mayo alargamiento posible del extremo de los cromosomas, pues está comprobado que la reducción de estos esta relacionado con el envejecimiento. El efecto en la conducta también es notable, la persona evalúa mejor las circunstancias antes de tomar decisiones bajo presión, aumenta la serenidad y el sosiego y la persona es más preactiva y menos reactiva. Posiblemente también este beneficio se haga notar en la capacidad intelectual e inteligencia emocional, aunque esto de momento no se ha podido validar científicamente. |
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